17 mayo 2009

El hombre de moda en economía

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El hombre de moda en economía se llama Santiago Niño Becerra, catedrático de economía en la universidad Ramón Llull, que recientemente ha escrito el libro "El crash del 2010", donde explica con claridad como será el futuro de este país de aquí a principios de la década de los 20, que por cierto no es nada halagüeño.

Todo esto sale muy bien explicado en un par de entrevistas este economista: una a cargo del periódico digital el economista, muy técnica e interesante porque descubre datos que aparecen en el libro, pero sin entrar en los, seguramente tediosos, análisis financieros que le han llevado a tales conclusiones; el otro artículo aparece en el periódico El País , titulado "el principio del fin del capitalismo" en el cual lo más interesante aparece al final de todo el artículo, ya que da algunas pistas para un cambio de modelo económico.

Como dice el artículo "Para Niño Becerra, otros conceptos clave para los próximos años van a ser utilidad, aprovechamiento, eficiencia, cooperación, colaboración y, por encima de todos ellos, el principio de que lo necesario va a ser lo único importante."

La verdad es que me parece interesante, aunque igual es que he querido ver en sus palabras la necesidad de un cambio, no por una cuestión científico-económica sino porque estas últimas palabras del artículo de El País me han sonado con una belleza increíble, llenas de esperanza para la actual sociedad deshumanizada e individualista.

Otra de las cosas que parece criticar en estos dos artículos es la forma como lo está llevando el Gobierno de España, como intentan mantener la ilusión de que ya estamos saliendo, que con los planes E y demás patrañas están engañando a una sociedad que cada vez se verá más sumida en la pobreza, con un 30% de paro hasta el año 2018. El engaño se ha convertido en algo habitual para este gobierno, así que en esto también cabía esperar que mintiera, pero bueno, con un partidito de fútbol un poco polémico nos olvidamos de todo y punto.

Quizás estas malas noticias tengan su morbo, su atrayente curiosidad o deseo para refutar la malicia de un sistema que he criticado hasta la saciedad. Pero pensándolo bien, también hay que pensar que en todo esto hay mucha gente que está sufriendo, que desde mi palacio de una situación económica, de momento, tranquila, la critica se hace muy bien, que seguramente desde la inestabilidad o incluso nulidad económica todo esto se vería de otra manera y me acordaría de los muertos del economista este, del presidente del gobierno y del tontolaba que ha escrito este artículo.

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