
La educación es acercarse al alumno, descubrirlo y quererlo. Quererlo tanto que no puedes evitar enseñarle todo lo que tú sabes, cómo lo aprendiste y cómo disfrutas aprendiendo, respetando los tiempos de cada una, respetando las situaciones familiares, las del barrio e incluso las amorosas.
Yo, lo siento mucho, pero no quiero ser autoridad de nadie, no quiero mandar que aprendan, quiero enseñar. No quiero obligar a que vengan al colegio, lo que quiero es superar a la televisión y a la play-station en cuanto a entretenimiento y emoción. Difícil e incluso imposible en algunos casos, puede ser, pero si un profesor no sueña, ¿cómo van a soñar sus alumnos?
Mi intención es querer a mis alumnos inversamente proporcional a como ellos quieren a la escuela, querer a las familias de los alumnos que me han prestado por un trocito de su tiempo su bien más preciado.
Y sólo de esta forma me interesa ser profesor
0 comentarios :
Publicar un comentario