Empecé el año 2010 hablando de este decálogo que presentó el Gobierno Boliviano, un decálogo que me dispuse a analizar o cuanto menos a presentar en este blog.
Lo primero que proponía para salvar el planeta era acabar con el capitalismo y en esta segunda entrega propone "Renunciar a la guerra".
Las razones que esgrime para ello son básicamente tres:
- Un pueblo, incluso el planeta entero no vuelve a ser el mismo después de una guerra, la gente muere, se odia y crea división. Esto lo sabía muy bien Gandhi, y muchos otros claro está, lo que pasa que éste lo explicó muy clarito: "Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia". Para renunciar a la guerra y la violencia el Estado Boliviano ha incluido en su reforma constitucional e
l artículo 10, en el que declara a Bolivia como "un estado pacifista". La verdad es que es muy loable que haga esto en los tiempos de violencia actual. - Aporta datos sobre el gasto energético que supuso la guerra de Iraq, por poner un ejemplo. Uno de estos datos es que si se trasladar la emisión de CO2 que se produjo en la guerra a una equivalencia con países, saldría que en la guerra de Irak se emitió lo mismo que 139 países en un año (¿qué países? eso ya no lo pone).
- Por último el que habla de pobreza, el que habla de los billones de dólares que se gastan en la guerra y como se podría paliar la pobreza. Con el 2,6% del gasto militar mundial se podría reducir a la mitad la población que sufre hambre (artículo relacionado).
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