Estos días llegan infinidad de correos y mensajes sobre la navidad (y lo que queda para nochevieja). La mayoría son graciosos, otros Pérez Reverte los denominaría cuanto menos "noños", originales, alegres,... y unos pocos, uno que te puede llegar cada mucho tiempo te conmueven y me recuerdan la humildad que se nos olvida todo el año (por cierto que Soraya también habló de humildad en su investidura, esperemos que así sea). Les dejo esta joya para que disfruten estos días:
Abrazar la Noche, esta Noche, esta Blanca Noche, esta Fría Noche en algunas vidas que no brindarán y que no comerán.
Abrazar esta Noche a Aquellas/os que no escucharán Villancicos sino el caer de las Bombas, de aquellos hipócritas que prefieren reconstruir países a evitar bombardeos.
Abrazar esta Noche al Dios Niño que viene a recordarnos y rescatar al Niño que llevamos dentro y que quiere nacer, crecer, salir.
Abrazar esta Noche a a aquellos/as a quienes nadie Abraza. Porque huelen mal. Porque están botados en las cunetas de la Historia, los mismos de siempre. Rejodidos.
Abrazar a la Vida que en el Pequeñuelo de Belén nos recuerda el Milagro de que
siempre es posible la Esperanza, donde menos se la espera, donde no debería nacer, donde no se la prepara, donde no se la buscaría: PESEBRE-PAN-BELEN.
Abrazar la Noche y todas las Noches; las esperadas y las inesperadas,
las buscadas y las encontradas. Las del Sí y las del No. Las del pan comido en amistad y corazón calientes y las del pan de la soledad. Abrazar, sí, Abrazar y no temer a Amar de Nuevo, Amar lo Nuevo, Amar para que lo Nuevo llegue, de una vez, de una Bendita vez.
Abrazar, sí. Abrazar siempre: sin miedos, sin complejos, sin escuchar
el "qué dirán", abrazar sin vergüenza, abrazar al sinvergüenza: un abrazo cambia más que mil cárceles.
Y Abrazarla Hoy. Porque para muchas/os… mañana… puede ser demasiado tarde.
24 diciembre 2011
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