En sus palabras casi se pueden ver las lágrimas de una persona emocionada por su gran obra, "el Palacio de Congresos". Como si fuera da Vinci después de pintar la Gioconda o Alejandro Magno al admirar Alejandría, a Elboj le pasa lo siguiente "Impulsado como si me hubieran dado un pinchazo en cualquier parte del cuerpo, volví a pregunta mecánicamente: “¿Qué tú tienes que ver con la empresa de la madera del Auditorio?”" . Así se sentía nuestro querido alcalde después de haber hablado con Curro, al parecer un afamado carpintero a la par que torero.
Y entonces me vino a la mente lo que había leído en el periódico el lunes día 14, donde, en el último párrafo don Fernando "el fato" Elboj (famoso faraón en el coso oscense) pronuncia un discurso defendiendo la tauromaquia y llamando "fundamentalistas" a aquellos que no la defendemos.
Por esto me he visto en la obligación de escribir este post, "como si alguien me hubiera dado un pinchazo en cualquier parte del cuerpo", no porque me haya sentido ofendido (creo que nunca he tenido esa sensación ante palabras o hechos de nadie), sino porque creo que poco a poco, a este hombre (o Dios), habría que hacerle ver que existe una cosa que se llama humildad y que ya lleva demasiado tiempo sin cultivarla, y entonces, en su muerte política se verá sólo y rodeado de fantasmas que le idolatraban por ser quien era.
Habría que decirle todo no por nosotros, sino por él. Bueno, y por los toros
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