22 agosto 2012

Gran superficie - Miedo 2ª parte

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Si en la entrada anterior sobre las grandes superficies hablaba más bien de un miedo casi patológico, en esta ocasión escribiré sobre un miedo social que me invade cada vez que oigo mencionar lo de las grandes superficies. Este es mi segundo miedo:

Este miedo consiste en ver un comercio que no sabe quién soy ni yo sé a quién le estoy comprando. No me refiero a una desconfianza, hablo de una visión de un futuro en el que se ha producido una deshumanización en las transacciones de los bienes y por tanto en el que se pierdan cosas como el saludo cordial al entrar por la puerta de un establecimiento, en que me fíen si no llevo dinero en ese momento, en que me pregunten por mi mujer embarazada y yo les felicite el cumpleaños, en el que me aconsejan aunque salgan "perdiendo" económicamente... Y de ahí pasamos a entrar en una tienda y saber que no eres más que una tarjeta de crédito con dinero para gastar, dan igual tus intereses, tus preocupaciones, y no eres más que una estadística, algo y no alguien.

Y así habremos conseguido deshumanizar una cosa más. Algunos me dirán que si no quiero ir a este tipo de comercios que no vaya, pero es que cada vez se hace más complicado encontrar comercios pequeños que no sean franquicias o "restaurantes" de comida rápida. Y entonces es cuando se cae uno de los pilares del capitalismo, "la libertad", por supuesto libertad para poder elegir donde comprar, que es la única que entendemos hoy en día. Y se cae este pilar porque ya no puedo comprar en este tipo de comercio porque el propio capitalismo se ha encargado de destruirla. Así es este sistema, garantiza una cosa que es incapaz de cumplir por culpa de sus propias dinámicas, y entonces llegamos al mismo coralario de siempre, el sistema no funciona (al menos para la gran mayoría).



Tengo miedo a comprar en una empresa que financia (aunque no sea directamente) armas, prostitución, trabajo infantil, esclavitud en las maquiladoras,... miedo a no saber a que psicópata le estoy financiando, miedo al miedo del empleado sin derechos, miedo a que mi hijo prefiera ir a un centro comercial que a un parque, miedo a convertirme en un homo consumericus, miedo al inicio de una sociedad que es capaz de deshumanizar las cosas en pro de un beneficio económico,... En definitiva es un miedo racional a un cambio en el rumbo de la sociedad que nada tiene que ver con lo que sueño, por lo que lucho.

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