La muerte de Carrillo me ha hecho meditar sobre dos cosas que comentaré en este blog, aunque también tengo que decir que no he conocido mucho la vida de Santiago Carrillo, a pesar de que lo considero una
persona importante en la historia de España.
persona importante en la historia de España.
La primera y más evidente es con que facilidad este gobierno está arrojando por la borda algo que ha costado tanto sacrificio, esfuerzo y seguramente vidas, en conseguir. Me refiero a los derechos laborales, justicia, servicios sociales, educación, sanidad pública y universal,... y una de las personas que lucharon por esto toda su vida fue Carrillo. No sé que pensaría al final de su vida viendo qué es lo que está sucediendo, quizás una persona que ha luchado durante toda su vida sin esperar grandes cambios esté a vuelta de todo y lo viera con otra perspectiva y mirada. Pero ¿cómo puede ser tan fácil una cosa y tan difícil la contraria? Claro que siempre se ha dicho que lo malo cuesta poco y lo bueno mucho.
Lo segundo que me viene a la mente es algo que llevamos unas pocas personas debatiendo durante mucho tiempo. Santiago Carrillo fue un luchador por sus ideas, esto no le cabe la menor duda a nadie. Luchó contra la dictadura de Franco, como lo pudo hacer Gandhi contra el imperio Inglés, o Luther king contra el racismo en EE.UU., Mandela contra el Apartheid, Rosa Parks, Ken Saro-wiwa, Vandana Shiva, y un largo etcétera (salvando las distancias claro está). Todos y todas ellas tenían alguien al que dirigirse y decirle "eres mi enemigo", y luego hacer con él lo creyeran oportuno, desde luchar hasta la muerte o amar también hasta la muerte, pero tenían claro hacia quién dirigían ese esfuerzo.
Ahora el enemigo, aunque nos animamos a ponerle un nombre (v.g. capitalismo, neoliberalismo, EE.UU., multinacionales,...) no sabemos cómo luchar contra él, seguramente porque ese enemigo está también dentro de nosotros. A Carrillo no se le podía meter Franco dentro de sus entrañas, el enemigo lo tenía fuera. Pero el consumismo, gran herramienta del capitalismo, se nos mete dentro de nuestra forma de vida, en nuestras relaciones personales, en nuestro tiempo libre,.... Como una droga, nos reporta felicidad, eso sí, momentánea, pero felicidad al fin y al cabo, que nos hacen olvidar lo desgraciados que somos al ser esclavos de un capitalismo voraz; somos esclavos del consumo, del acaparar bienes materiales, del dinero, de nuestra hipoteca, de nuestro coche e incluso de nuestro tiempo. Pero a la vez, eso que nos hace esclavos pensamos que nos libera, como aquella droga de Un mundo feliz, el soma.
Así pues ¿cómo luchar pues contra un estilo de vida al que gran parte de la gente está enganchado, un enemigo que está dentro de cada uno de nosotros? Creo que aquí está el reto de aquellas personas que queremos un mundo mejor y más justo.
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