10 septiembre 2023

Soy machista

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La afirmación que aparece en este título no es baladí, ni pretende ser una frivolidad, ni pretendo que se compadezcan de mí, ni mucho menos, quiero que se normalice este comportamiento del ser humano que hemos heredado culturalmente de nuestros antepasados.

¿Por qué sé que soy machista? Pues porque me lo ha hecho ver mucha gente que define ciertos comportamientos como desiguales, donde yo soy el dominante y pretendo mostrar a otras personas (mujeres) mi valía y la necesidad que tienen de mí, llegando en no pocas ocasiones a ser violento o condescendiente (machirulo).

Quizás, a parte del daño que puedo causar, una de las peores cosas de conlleva este comportamiento es el no darme cuenta de lo que estoy haciendo. Pero también hay que decir que ya pasé hace tiempo la etapa de la negación y la burla. Mucha gente de mi alrededor siguen anclados en esta página y no se les ve con ganas de cuestionar ese mundo de ignorancia y a la vez dolor que estamos creando.

Una cantidad cada vez mayor de mi alumnado es machista (chicos y chicas). Aunque dicen no serlo, sus actitudes dejan claro que sí lo son. Esto me preocupa aunque no tanto como que estos pensamientos se mantengan en la edad adulta. En la adolescencia se dicen y se prueban infinidad de cosas, nos ponemos a prueba, nos burlamos de la muerte a cada instante, asumimos ideologías diferentes casi cada semana,... esto es así, y debe de ser así. Solo hay una cosa que debe prevalecer y que en la mayor parte de estos chicos y chicas está, el respeto a los demás y la apertura a nuevas formas de ser y estar.

Y sí, yo tengo actitudes machistas, micromachismos y alguna vez macromachismos. Me duele reconocerlo y más me duele no poder ser dueño de mí mismo para controlarlo, y me duele hacer daño a otras personas. Pero me he hecho consciente de ello, cada vez reconozco con más facilidad esas acciones (incluido el lenguaje) que denigran, menosprecian e incluso hieren a las personas del sexo contrario. El proceso es lento, muy lento, tanto que mi objetivo real es que mis hijos no lleguen a reproducir este tipo de acciones.

Al final, lo único que hay que hacer es poner siempre por delante el respeto a las personas, a todas sin distinción, independientemente de lo que hagan, aunque para ello debamos hacer algo que cansa e incluso algunas veces nos duele: Cuestionarnos el mundo que nos rodea y estar dispuestos y abiertos a otras ideas que nos cuestionen.

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